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¿Cuántos huevos puede comer un adulto mayor a la semana?

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¿Cuántos huevos puede comer un adulto mayor a la semana? Mitos y verdades

Durante décadas, el huevo fue injustamente señalado como un “enemigo” del corazón por su contenido de colesterol. Esto llevó a muchas personas, especialmente a los adultos mayores, a limitar o incluso eliminar su consumo. Sin embargo, en los últimos años, la evidencia científica ha cambiado el panorama: hoy sabemos que, para la mayoría de las personas, el huevo no solo es seguro, sino que puede ser un aliado para la salud, siempre que se consuma dentro de un patrón alimentario equilibrado.

En este artículo vamos a desmitificar creencias, analizar qué dicen las investigaciones más recientes y dar una respuesta clara y realista sobre cuántos huevos puede comer un adulto mayor a la semana.

El mito del colesterol del huevo

Un huevo grande contiene aproximadamente 186 mg de colesterol, presente casi en su totalidad en la yema. En el pasado, las guías alimentarias recomendaban limitar el consumo de colesterol dietario a 300 mg por día, lo que llevó a pensar que comer más de un huevo al día era perjudicial.

Sin embargo, investigaciones posteriores demostraron que el colesterol presente en los alimentos no tiene el mismo impacto sobre el colesterol en sangre que las grasas saturadas y trans. En la mayoría de las personas, el consumo moderado de huevo no eleva significativamente el colesterol LDL (“malo”) ni aumenta el riesgo cardiovascular.

Solo un pequeño porcentaje de individuos llamados “hiperrespondedores” presenta un aumento notable del colesterol en sangre al consumir alimentos ricos en colesterol. En estos casos, es importante un seguimiento médico personalizado.

Insertar video de huevos.com.co de ¿La Yema aumenta el Colesterol?

¿Cuántos huevos puede comer un adulto mayor?

Hoy, organismos como la Asociación Americana del Corazón y la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria coinciden en que un huevo al día puede formar parte de una dieta saludable, incluso en personas con riesgo cardiovascular, siempre que el resto de la alimentación sea equilibrada.

Para un adulto mayor sano, esto equivale a 7 huevos por semana, distribuidos según preferencias y necesidades nutricionales. En personas con colesterol elevado o enfermedad cardiovascular establecida, el médico o nutricionista puede ajustar la recomendación, pero no suele ser necesario eliminar el huevo por completo.

Huevo entero vs. clara: ¿hay diferencia?

  • Huevo entero: aporta proteínas de alto valor biológico, colina, luteína, vitamina B12, vitamina D y grasas saludables.
  • Clara de huevo: La clara contiene las vitaminas hidrosolubles, es decir las del complejo B, la yema las liposolubles es decir A D E K

En adultos mayores, consumir el huevo entero es importante para aprovechar su densidad nutricional, a menos que exista una indicación médica específica para limitar la yema.

Beneficios del huevo frente a los riesgos reales

Beneficios clave para el adulto mayor:

  • Proteínas completas para mantener la masa muscular y prevenir la sarcopenia.
  • Colina para apoyar la memoria, la función cerebral y la salud hepática.
  • Luteína y zeaxantina que protegen la visión.
  • B12 y vitamina D esenciales para huesos, sistema nervioso e inmunidad.

Riesgos reales: en la mayoría de los adultos mayores sanos, el consumo moderado de huevo no incrementa el riesgo cardiovascular. El riesgo se reduce cuando la dieta es baja en grasas saturadas y trans, priorizando alimentos frescos y saludables como carnes magras, pescados, legumbres, frutos secos y preparaciones al horno o al vapor.

Recomendación práctica de ingesta de huevo

  • Adulto mayor sano: 1 huevo al día (7 por semana) es seguro y beneficioso dentro de una dieta variada.
  • Con antecedentes cardiovasculares o colesterol elevado: seguir orientación médica, pero en muchos casos se permite hasta 4–6 huevos por semana.
  • Claras: pueden usarse para aumentar la ingesta proteica sin sumar colesterol, por ejemplo, combinando 1 huevo entero con 1–2 claras en una preparación.

Conclusión

El huevo ha pasado de ser un alimento temido a un aliado nutricional, especialmente valioso para los adultos mayores por su densidad de nutrientes y fácil digestión. El miedo al colesterol del huevo entero no está respaldado por la evidencia actual para la mayoría de las personas.

La clave no está solo en cuántos huevos comer, sino en cómo encajan dentro de un patrón dietético saludable, rico en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y grasas saludables. Consumirlo con moderación y de forma regular puede contribuir a mantener la fuerza, la mente y la salud en general durante el envejecimiento.

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Huevo y salud cognitiva en adultos mayores: ¿puede proteger el cerebro?

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Huevo y salud cognitiva en adultos mayores: ¿puede proteger el cerebro?

Los huevos son mucho más que una fuente económica y práctica de proteínas: concentran nutrientes claves para el cerebro —colina, luteína/zeaxantina, vitaminas del complejo B (incluida la B12), vitamina D y ácidos grasos— que en conjunto pueden ayudar a mantener la función cognitiva a lo largo del envejecimiento. En este artículo revisamos qué aporta el huevo desde el punto de vista neuro-nutricional, qué dice la evidencia humana (observacional y clínica), los mecanismos plausibles y recomendaciones prácticas para adultos mayores. Todas las afirmaciones se apoyan en estudios y revisiones científicas.

¿Qué nutrientes del huevo son relevantes para el cerebro?

  • Colina (≈147 mg por huevo grande): precursor de la acetilcolina (neurotransmisor clave para memoria y atención) y componente esencial de fosfolípidos neuronales (ej. fosfatidilcolina). La colina también participa en rutas de metilación que influyen en la reparación del ADN y el metabolismo hepático. 
  • Luteína y zeaxantina: xantófilos que atraviesan la barrera hematoencefálica y se acumulan en retina y cerebro; actúan como antioxidantes y moduladores de la inflamación. 
  • Vitaminas B (B12, folato, B6, riboflavina): intervienen en metabolismo energético, síntesis de neurotransmisores y en la regulación de la homocisteína (un marcador relacionado con riesgo cognitivo cuando está elevado). La B12 es especialmente crítica en mayores por problemas de absorción. 
  • Proteínas y aminoácidos (triptófano): aportan sustratos para neurotransmisores (serotonina, melatonina) y ayudan a mantener la masa muscular, lo cual es importante para la salud global y la función cerebral.

¿Qué muestra la evidencia humana sobre la relación del huevo con la salud cognitiva en adultos mayores?

 

1) Asociación entre consumo de huevo y menor riesgo de enfermedad de Alzheimer (Rush Memory and Aging Project)

Un reciente análisis del Rush Memory and Aging Project (cohorte de adultos mayores seguida por años) halló que las personas que comían más de un huevo por semana presentaron un riesgo significativamente menor de desarrollar demencia tipo Alzheimer en comparación con quienes comían huevos raramente. Además, entre los fallecidos que donaron el cerebro para autopsia, los consumidores habituales de huevo mostraron menor carga de placas y ovillos característicos de la enfermedad. Los autores realizaron análisis de mediación que sugirieron que aproximadamente una parte importante del efecto podría explicarse por la ingesta de colina (el huevo es una de las fuentes dietarias más ricas). Es importante subrayar que se trata de un estudio observacional, útil para generar hipótesis, pero que no prueba causalidad. Europe PMCJN The Journal of Nutrition

2) Ingestas de colina y riesgo de demencia / rendimiento cognitivo (Kuopio Study, AJCN)

En el estudio Kuopio (cohorte finlandesa) y en análisis prospectivos similares, mayores ingestas dietarias de colina y fosfatidilcolina se asociaron con mejor rendimiento en pruebas de memoria y fluidez verbal y con menor riesgo de demencia en hombres. Estos trabajos refuerzan la idea de que la colina dietaria —y las formas en que se presenta en los alimentos (p.ej., fosfatidilcolina)— podría contribuir a preservar funciones cognitivas en el envejecimiento. Nuevamente, los datos son mayormente observacionales y se deben interpretar considerando factores de confusión (patrón dietario, educación, comorbilidades). University of Helsinkiajcn.nutrition.org

3) Ensayos sobre luteína/zeaxantina y función cerebral

Ensayos clínicos aleatorizados pequeños han evaluado suplementación con luteína + zeaxantina en adultos mayores. Algunos (por ejemplo, un ensayo aleatorizado publicado en Frontiers in Aging Neuroscience) mostraron mejoras modestas en medidas neurocognitivas y cambios en marcadores de eficiencia neural (fMRI) tras suplementación durante 12 meses, lo que respalda un mecanismo biológico plausible para estos carotenoides. Frontiers (enlace 1enlace 2)

Mecanismos plausibles: cómo podrían proteger el huevo y sus nutrientes

  1. Suministro de acetilcolina y reparación membranal (colina / fosfatidilcolina): la colina es utilizada para sintetizar acetilcolina (memoria, atención) y para formar fosfolípidos que mantienen la integridad y comunicación entre neuronas. La falta de colina puede afectar sinapsis y plasticidad. 
  2. Reducción del estrés oxidativo y de la neuroinflamación (luteína/zeaxantina, vitaminas): los carotenoides y algunas vitaminas liposolubles actúan como antioxidantes y moduladores antiinflamatorios a nivel retinal y cerebral, posibles vías para proteger frente a daño acumulado. Ensayos han mostrado efectos en funciones visuales y algunos dominios cognitivos. 
  3. Metilación y metabolismo (B-vitaminas + colina): colina, folato y B12 participan en rutas de metilación (p. ej. conversión de homocisteína), procesos relevantes para el mantenimiento neuronal y prevención de daño vascular cerebral. La deficiencia de B12 en el anciano es frecuente y vinculada a deterioro cognitivo; corregirla puede mejorar síntomas en algunos casos. 
  4. Soporte nutricional global: el huevo aporta proteínas de alto valor biológico y micronutrientes que ayudan a mantener masa muscular, inmunidad y estado funcional —factores indirectos que sostienen la reserva cognitiva y reducen vulnerabilidad al estrés metabólico. 

¿Qué limitaciones tiene la evidencia?

  • La mayoría de datos que relacionan huevo/colina con menor riesgo de demencia provienen de estudios observacionales; su fortaleza está en la asociación y la plausibilidad biológica, pero no establecen causalidad. Pueden existir factores confusores (estilo de vida, patrón dietario, nivel socioeconómico) que expliquen parte de la asociación. 
  • Los ensayos clínicos de carotenoides y de suplementos de colina son aún pocos y con tamaños limitados; sus resultados son promisorios pero no definitivos. 
  • Algunos efectos de la colina pueden estar mediados por la microbiota y la producción de TMAO (compuesto ligado a riesgo cardiovascular) —esto introduce complejidad y sugiere que la evaluación global del patrón dietario es importante. 

Recomendaciones prácticas para la ingesta de huevo en adultos mayores 

  1. Incluir huevos en el patrón dietario como fuente de colina, B12, luteína/zeaxantina y proteína: 1 huevo al día suele ser una opción razonable para la mayoría de adultos sanos; la Asociación Americana del Corazón reconoce que una yema diaria puede formar parte de una dieta sana. Las guías dietarias actuales priorizan el patrón dietario global (Mediterráneo, MIND) por encima de límites rígidos de colesterol dietario. Las medidas deben individualizarse en función de historia clínica (hipercolesterolemia familiar, terapia con estatinas, enfermedad cardiovascular establecida). 
  2. Foco en el patrón, no en un único alimento: consumir huevos junto con verduras, pescado graso, frutas, legumbres y cereales integrales —el beneficio cognitivo probablemente proviene de la combinación de nutrientes y de un patrón cardioprotector. Estudios que observan protección suelen controlar por el patrón dietario, pero éste sigue siendo relevante. 
  3. Atención a la vitamina B12 en mayores: por reducción de ácido clorhídrico y factor intrínseco, los >65 pueden absorber peor la B12 presente en alimentos; la evaluación periódica de B12 y su corrección (alimentos fortificados o suplementación) es una medida preventiva razonable cuando hay riesgo de deficiencia. 
  4. No sustituir las fuentes alimentarias por suplementos sin supervisión: la evidencia sugiere que la colina y los carotenoides en el alimento (p. ej. yema de huevo) tienen efectos integrados que no siempre se reproducen con suplementos aislados; además, dosis altas de colina suplementaria pueden provocar efectos adversos (olor corporal, TMAO). 
  5. Adultos mayores sanos: incluir 1 huevo diario o alternar (p. ej. 4–7 huevos/semana) como parte de una dieta variada y rica en vegetales, pescado y cereales integrales. Para quienes tienen patologías cardiovasculares o hipercolesterolemia severa, adaptar según indicación médica. Esta sugerencia combina evidencia nutricional y recomendaciones institucionales. heart.orgdietaryguidelines.gov

Resumen y conclusión

La investigación reciente sugiere que el consumo moderado de huevo y una adecuada ingesta de colina están asociados con mejores resultados cognitivos y menor riesgo de demencia en estudios poblacionales; además, carotenoides del huevo (luteína/zeaxantina) y las vitaminas B que aporta el huevo tienen mecanismos plausibles para proteger la función cerebral. Sin embargo, la mayor parte de la evidencia es observacional y se necesita más investigación experimental sólida para confirmar causalidad y dosis óptimas. Mientras tanto, incluir huevos con regularidad dentro de un patrón dietario saludable es una estrategia razonable y apoyada por guías a la hora de cuidar la salud cerebral en la tercera edad.

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El huevo en la alimentación del adulto mayor un aliado para la salud y la vitalidad

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El huevo en la alimentación del adulto mayor: un aliado para la salud y la vitalidad

El huevo en el adulto mayor se consolida como uno de los alimentos más recomendados por su fácil digestión, alto valor biológico y excelente aporte de nutrientes esenciales. En una etapa de la vida donde la masa muscular, la densidad ósea y la salud cognitiva requieren mayor atención, este alimento ofrece beneficios que van mucho más allá de la proteína. Además, su bajo costo y versatilidad lo convierten en un aliado práctico y accesible.

¿Por qué el huevo es necesario en la alimentación del adulto mayor?

A partir de los 60 años, el organismo experimenta cambios que afectan la forma en que procesamos y utilizamos los nutrientes. La pérdida progresiva de masa muscular (sarcopenia), la disminución de la densidad ósea, los cambios hormonales y la reducción de la absorción de ciertas vitaminas y minerales hacen que sea clave elegir alimentos de alta calidad nutricional. El huevo cumple con estas características:

  • Fácil digestión: las proteínas del huevo se absorben de manera eficiente, incluso en personas con digestión más lenta.
  • Alto valor biológico: contiene los nueve aminoácidos esenciales en proporciones óptimas para el organismo.
  • Densidad nutricional: en pocas calorías, aporta una gran cantidad de nutrientes vitales.
  • Bajo costo: es una fuente de proteína de alta calidad más económica que muchas carnes o pescados.

Proteínas completas para preservar la masa muscular en el adulto mayor

En la etapa adulta mayor, la pérdida de masa y fuerza muscular —conocida como sarcopenia— es un proceso natural que puede acelerarse por una ingesta insuficiente de proteínas, inactividad física o enfermedades crónicas. Esta pérdida no solo afecta la fuerza y la movilidad, sino también la capacidad de realizar actividades diarias de forma independiente.

El huevo aporta aproximadamente 6 a 7 gramos de proteína de alto valor biológico por unidad de tamaño mediano, con un perfil de aminoácidos esenciales que se ajusta perfectamente a las necesidades del organismo humano. Esto incluye leucina, un aminoácido clave que estimula la síntesis de proteínas musculares, especialmente importante en personas mayores, cuyo cuerpo responde de forma menos eficiente a estímulos anabólicos.

La ventaja del huevo frente a otras fuentes proteicas es su excelente digestibilidad: el organismo aprovecha entre el 97% y el 100% de su proteína, según el método de preparación. Esto es fundamental para adultos mayores que pueden tener dificultades para digerir carnes rojas o legumbres en grandes cantidades.

Además, la combinación de proteína de alta calidad con micronutrientes como la vitamina D, el fósforo y el selenio crea un efecto sinérgico que favorece la salud muscular y ósea de forma conjunta. Este aporte resulta crucial en la prevención de caídas, la mejora del equilibrio y el mantenimiento de la fuerza para caminar, levantarse o subir escaleras.

Por último, integrar el huevo en comidas repartidas a lo largo del día (desayuno, almuerzo o cena) ayuda a distribuir la ingesta proteica, lo que favorece la síntesis de proteínas musculares de manera constante, en lugar de concentrarla en una sola comida.

Vitamina D y salud ósea del adulto mayor

Como mencionábamos la vitamina D, presente en la yema del huevo, es fundamental para la absorción del calcio y la salud de los huesos. En los adultos mayores, la síntesis cutánea de vitamina D a partir de la exposición solar disminuye, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis. El huevo, junto con otros alimentos ricos en vitamina D, contribuye a mantener la fortaleza ósea y prevenir fracturas.

Colina para la función cerebral y hepática

La colina es un nutriente esencial que, aunque a menudo pasa desapercibido, desempeña un papel central en el bienestar del adulto mayor. Un solo huevo aporta alrededor de 147 mg de colina, cubriendo cerca del 27% de las necesidades diarias recomendadas para mujeres y el 22% para hombres adultos.

En el cerebro, la colina es precursora de la acetilcolina, un neurotransmisor clave para la memoria, el aprendizaje y la regulación del estado de ánimo. En adultos mayores, mantener niveles óptimos de colina ayuda a reducir el riesgo de deterioro cognitivo leve y a preservar la agilidad mental necesaria para la vida diaria. Estudios sugieren que una ingesta adecuada de colina puede asociarse con una mejor función ejecutiva y memoria a largo plazo, especialmente en personas mayores de 60 años.

Pero su importancia no se limita al sistema nervioso. La colina también cumple un papel crucial en la salud hepática, participando en el metabolismo y transporte de grasas. Niveles insuficientes de colina pueden favorecer la acumulación de grasa en el hígado, aumentando el riesgo de desarrollar hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), una condición cada vez más frecuente en la población mayor. El consumo regular de huevos contribuye a prevenir esta acumulación y a mantener un hígado funcional, que es esencial para la desintoxicación y el metabolismo general.

Además, la colina interviene en procesos de metilación, esenciales para la reparación celular y la regulación de la expresión genética. Estos procesos cobran relevancia en la edad avanzada, ya que ayudan a mantener la integridad de los tejidos y apoyan el equilibrio general del organismo.

En resumen, la colina que aportan los huevos actúa como un doble aliado: protege la función cognitiva, ayudando a mantener la memoria y la claridad mental, y preserva la salud hepática, contribuyendo a una mejor calidad de vida en la tercera edad.

 Vitamina B12 para la energía y el sistema nervioso

La vitamina B12 es indispensable para la formación de glóbulos rojos y el buen funcionamiento del sistema nervioso. Con la edad, la capacidad de absorberla disminuye, lo que puede derivar en anemia y problemas neurológicos. El huevo es una fuente biodisponible de B12, lo que lo convierte en un aliado para prevenir estas deficiencias.

Luteína y zeaxantina para la salud ocular

La luteína y la zeaxantina son carotenoides antioxidantes que se acumulan de forma selectiva en la mácula del ojo, la zona central de la retina responsable de la visión detallada y del reconocimiento de rostros, letras y colores. El huevo, especialmente su yema, es una de las fuentes más biodisponibles de estos compuestos, lo que significa que el cuerpo los absorbe y utiliza con mayor eficacia que cuando provienen de fuentes vegetales.

En el adulto mayor, mantener niveles adecuados de luteína y zeaxantina es fundamental para prevenir el deterioro de la visión asociado a la edad, como la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) y las cataratas. Estos antioxidantes actúan como un filtro natural frente a la luz azul de alta energía —emitida por el sol y dispositivos electrónicos—, reduciendo el daño oxidativo que, con los años, se acumula en las células de la retina.

Estudios clínicos han demostrado que una ingesta regular de luteína y zeaxantina puede mejorar la densidad óptica del pigmento macular, lo que no solo protege contra enfermedades oculares degenerativas, sino que también optimiza la sensibilidad al contraste y la agudeza visual. Esto se traduce en una visión más clara y segura, especialmente importante para actividades cotidianas como conducir, leer o moverse con confianza en entornos poco iluminados.

Además, la luteína y la zeaxantina poseen propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la inflamación ocular crónica, un problema frecuente en personas mayores debido a sequedad ocular, exposición prolongada a pantallas o condiciones ambientales adversas.

Consumir un huevo entero al día puede contribuir de forma significativa a cubrir las necesidades diarias de estos carotenoides, gracias a la sinergia entre las grasas saludables de la yema —que facilitan su absorción— y su alta concentración de estos nutrientes.

¿Cómo incluir el huevo en la dieta del adulto mayor?

El huevo puede prepararse de múltiples maneras adaptadas a las necesidades del adulto mayor:

  • Hervidos o escalfados: opciones suaves para el sistema digestivo.
  • Revueltos con vegetales: combinan proteínas con fibra y antioxidantes.
  • En tortillas finas: fáciles de masticar y digerir.
  • En ensaladas: junto a vegetales frescos para un plato completo.

Es importante moderar el uso de frituras y optar por cocciones que conserven los nutrientes.

La mayoría de las guías nutricionales actuales indican que, en personas sanas, el consumo de uno a dos huevos al día es seguro y beneficioso. En el caso del huevo en el adulto mayor, puede formar parte de la dieta diaria siempre que se mantenga un patrón alimentario equilibrado y variado.

Conclusión

El huevo en el adulto mayor es mucho más que una fuente de proteínas: es un alimento integral que apoya la salud muscular, ósea, cerebral y visual, con un aporte significativo de vitaminas y minerales clave para esta etapa de la vida. Incorporarlo de manera regular y consciente puede marcar una gran diferencia en la vitalidad, la autonomía y el bienestar general después de los 60 años.

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Efecto de una campaña de asesoría y seguimiento nutricional sobre el bienestar autopercibido, estado nutricional y consumo de huevo en adultos mayores de Colombia

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Efecto de una campaña de asesoría y seguimiento nutricional sobre el bienestar autopercibido, estado nutricional y consumo de huevo en adultos mayores de Colombia de Línea Dorada
de FENAVI-FONAV

El envejecimiento viene con una serie de cambios estructurales y fisiológicos que se caracterizan por la pérdida progresiva de funcionalidad, mayor vulnerabilidad y malnutrición.

La evolución de algunas de las enfermedades que se presentan depende en buena medida de factores ambientales como la alimentación. La atención nutricional orientada profesionalmente que incluya asesorías nutricionales y desmitificación de algunos alimentos como el huevo, es indispensable para reducir factores de riesgo y promover un es-tado de nutrición adecuado.

Objetivo: Evaluar el efecto de una campaña de asesoría y seguimiento nutricional sobre el bienestar autopercibido, estado nutricional y consumo de huevo en adultos mayores de Colombia.

Metodología: Estudio analítico, experimental y de carácter longitudinal, en el que a 584 adultos mayores distribuidos en todos los departamentos de Colombia se les aplicó una campaña de asesoría de bienestar y seguimiento nutricional a
los 3 meses.

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¿El huevo tiene colesterol?

By Beneficios del huevo No Comments

¿El Huevo tiene Colesterol?

Muchas personas tienen dudas sobre el aumento del colesterol por el consumo del huevo, un mito urbano transmitió la idea de que el consumo de yema de huevo aumenta el colesterol en sangre, así que muchos comen la clara del huevo y no se comen la yema, el día de hoy te contamos toda la verdad sobre el huevo y el colesterol.

¿Qué tipo de colesterol tiene el huevo?

El huevo es un super alimento, desafortunadamente llevamos años confundiendo el colesterol dietario con el colesterol en sangre, el colesterol que se encuentra en el huevo, en la carne y en los alimentos naturales se conoce como colesterol esterificado y no se procesa bien en los intestinos, siendo expulsado nuevamente del cuerpo, de tal manera que el huevo no va a aumentar tus niveles de colesterol en sangre, hay cientos de pruebas de laboratorio realizadas que corroboran esta información.

Mitos del huevo

El consumo de huevo ocasional o recurrente no te va a aumentar el colesterol en sangre, no te va a generar enfermedades cardiovasculares, no te va a subir de peso, de hecho, el huevo es una gran fuente de proteína, es fuente de vitaminas A, D, E y K

Biodisponibilidad de la proteína del huevo

La proteína del huevo tiene un alto nivel de biodisponibilidad, esto quiere decir que su velocidad y capacidad de asimilación es alta.

Para que una proteína sea eficiente supliendo los requerimientos del cuerpo debe contener 20 aminoácidos esenciales, te quiero decir que el huevo los tiene todos. Por esta razón se ha convertido en el estándar con el que comparan las demás proteínas. La carne de res, de cerdo, de conejo y muchas más son comparadas constantemente con la proteína del huevo para determinar su valor nutricional, esto sucede porque la calidad de la proteína del huevo es altísima.

Grasa saturada buena

El huevo contiene grasas saturadas saludables, incluso son protectoras cardiovasculares, contiene grasa saturada y grasa poliinsaturadas esto hace que tenga un equilibrio perfecto.

Aumento del colesterol por huevo

Como bien sabemos, el huevo por si solo No aumenta tus niveles de colesterol en sangre, pero tus hábitos de consumo pueden ocasionar el aumento del colesterol, muchas personas desayunan huevos fritos en aceite o mantequilla, algunas lo consumen con tocino o salchicha, esto hace que el colesterol se incremente, no por el consumo de huevo pero sí por el aceite, la mantequilla el tocino y las salchichas.